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Cáncer de laringe: qué lo causa y qué síntomas provoca

 Getty Images/iStockphoto

NOTICIAS: 11.04.2022

El 99% de los pacientes con cáncer de laringe son fumadores

 

CATALUÑA. El cáncer de laringe, que es la zona de la garganta que incluye las cuerdas vocales, aparece como consecuencia de un crecimiento anómalo de las células que forman parte de este órgano.

La laringe es un órgano cuya estructura fundamental es muscular y cartilaginosa, tapizado interiormente por un tejido similar al del resto del aparato respiratorio. Esta estructura permite no sólo la respiración, sino también la fonación, además de intervenir en la deglución.

Los síntomas pueden ser una afonía que dura más de 15 días, molestias al tragar y pinchazos en el oído. Cuando se tiene algunas de estas molestias se debe acudir al médico porque el diagnóstico es muy sencillo, se ve con solo abrir la boca.

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, España es uno de los países con una alta incidencia de cáncer de laringe debido al exceso en el consumo de tabaco registrado durante años. «El cáncer de laringe tiene registros en España de hasta 18 casos por cada 100.000 habitantes. Es la segunda neoplasia más frecuente del tracto respiratorio (sólo superada por el de pulmón) y constituye el 2% del total de tumores en varones y el 0,4% en mujeres», informan en su página web.

Un hospital referencia en el tratamiento del cáncer de laringe es el Hospital Vall Hebrón de Barcelona que lleva ya más de 3.000 casos. El cáncer de laringe tiene una tasa de supervivencia alta, de un 70%. La tasa de casos nuevos está disminuyendo alrededor de 2% a 3% anualmente, según datos de la Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, en gran parte porque probablemente hay menos personas fumando tabaco. Las mujeres están más protegidas por un factor genético frente a este tipo de tumor.

Factores de riesgo: tabaco y alcohol

Los estudios médicos realizados hasta la fecha demuestran que el consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante para el cáncer de cabeza y cuello (incluyendo cáncer de laringe e hipofaringe). De hecho, en este tipo de cáncer el 99% de los pacientes son fumadores. Fumar cigarrillos, pipas y cigarros aumenta el riesgo de padecer estos cánceres.

El consumo moderado o elevado de bebidas alcohólicas (más de un trago al día) también aumenta el riesgo de estos cánceres, aunque no tanto como el fumar.

Las personas que consumen tabaco y alcohol tienen el mayor de todos los riesgos. La combinación de estos dos hábitos no sólo suma a ambos riesgos, sino que en realidad los multiplica y el cáncer es más agresivo. Las personas que fuman y beben alcohol tienen muchas más probabilidades de padecer cáncer de cabeza y cuello que las que no tienen ninguno de estos hábitos.

La alimentación deficiente incrementa el riesgo de padecer cáncer

Una nutrición deficiente puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de cabeza y de cuello. A menudo, las personas que abusan del alcohol tienen deficiencias vitamínicas, lo que puede ayudar a explicar el papel que desempeña el alcohol en el riesgo aumentado para estos cánceres.

Se ha sugerido que comer menos frituras y alimentos procesados y comer más alimentos de origen vegetal podría ayudar a reducir el riesgo de cáncer de laringe.

Posibles tratamientos

El tratamiento del cáncer de laringe varía en función del estadio del tumor en la laringe, de la localización del mismo (glotis, supraglotis o subglotis) y de las preferencias del paciente.

Si bien el objetivo fundamental de un tratamiento es eliminar el cáncer, preservar la función de los órganos afectados también es muy importante, ya que el tratamiento podría afectar a la calidad de vida de los pacientes. Por ello, «es muy importante llevar a cabo un manejo multidisciplinar de esta enfermedad, con la participación de múltiples especialistas», informa la Asociación Española Contra el Cáncer.

Existen 3 opciones principales de tratamiento para el cáncer de laringe: radioterapia, cirugía y quimioterapia.

Para tratar el cáncer de laringe se puede utilizar una de estas terapias o una combinación de ellas. La cirugía y la radioterapia son los tratamientos más frecuentes. Es posible utilizar quimioterapia antes de la radioterapia y/o cirugía, o durante estas, para aumentar la posibilidad de destruir las células cancerosas.

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