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¿Cuándo debo preocuparme si ‘pillo’ a mi hijo borracho?

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NOTICIAS: 10.02.2021

La curiosidad y el deseo de exploración propios de la adolescencia pueden llevar a los jóvenes al consumo de sustancias tóxicas. ¿Cuándo debemos preocuparnos?

María Dotor

MADRID. La adolescencia es una etapa caracterizada por una gran inestabilidad emocional y por una tendencia natural a romper con los establecido y buscar actividades arriesgadas. La combinación de todo ello crea las condiciones idóneas para el consumo de sustancias, entre ellas, el alcohol.

De los datos obtenidos en España, sabemos que los jóvenes empiezan a consumir las drogas principales (tabaco, alcohol, cannabis, cocaína) un poco más tarde de lo que lo hacían hace seis años, pero el consumo general ha aumentado. Es decir, el consumo de alcohol solía empezar a una media de 13,9 años, mientras que ahora es de 14,1 años. Por tanto, se empieza más tarde, pero se consume más.

EL ALCOHOL COMO VÍA DE ESCAPE

El deseo de probar cosas nuevas no es el único motivo por la que un preadolescente o adolescente prueba las drogas. Tal y como ocurre con los adultos, el hecho de que nuestro hijo o hija se tome una copa o se fume un porro puede estar relacionado con un deseo de alejarse de todos los aspectos menos favorables de su realidad: por una parte, de los conflictos internos, las inseguridades, la incertidumbre y, por otra, de las dificultades externas, como pueden ser las expectativas de los adultos que los rodean, los exámenes, los problemas familiares…

«Recurrir a la utilización de sustancias tóxicas para gestionar dichas ansiedades puede ser problemático, ya que, una vez que se convierte en hábito, le puede causar trastornos crónicos y dificultades más serias«, dice la pedagoga Lola Álvarez en el libro ‘Pero ¿qué te pasa? Diez claves para entender la adolescencia en positivo’.

A veces nuestros hijos recurren a las drogas para evadirse de sus problemas

El motivo es que «el placer o subidón ofrece una huida de cualquier sensación de malestar, pero solo de forma momentánea, por lo que les será necesario repetir una y otra vez».

LA ACTITUD DE LOS PADRES FRENTE A ESTE CONSUMO

Resulta muy determinante nuestra actitud frente al consumo de nuestros hijos. Según Lola Álvarez, decir: «yo probé de todo en mi juventud y nunca fui adicto» es, en cierto modo, transmitir el mensaje de que es algo habitual a su edad y que no hay por qué preocuparse».

Resulta muy incongruente prohibir consumir algo que nosotros consumimos de forma habitual.

Además, resulta muy incongruente prohibir consumir algo que nosotros consumimos de forma habitual. Algo que suele ocurrir con sustancias como el alcohol o el tabaco. Lo consumimos delante de nuestros hijos de forma habitual, pero les decimos que es nocivo para la salud.

Además, existe el factor cultural: en la mayoría de familias españolas, se suele consumir alcohol de forma habitual durante las comidas, aún más en las celebraciones, lo que hace que los padres seamos más permisivos hacia el consumo que hacen nuestros hijos.

‘TRANQUI, YO CONTROLO’. ¿CÓMO SABER SI NUESTRO HIJO HA PERDIDO EL CONTROL?

«Experimentar con drogas es una cosa, pero crear un hábito es otra muy distinta», nos dice Lola Álvarez. Entonces, ¿cómo podemos saber si estamos ante una situación seria?

La Academia Americana de Pediatría advierte de que «cuando un padre sospecha que su adolescente tiene un problema con las drogas, puede que ya tenga un problema grave». Esta afirmación se debe a los resultados de algunas investigaciones, las cuales han demostrado que una gran cantidad de jóvenes llevaban más de dos años consumiendo alcohol y otras sustancias sin que sus madres o padres lo supieran.

Los consejos que da la Asociación Americana de Pediatría son los siguientes:

Confía en tus instintos

Si tenemos esa sensación perturbadora de que nuestro hijo adolescente puede estar involucrado en drogas, no demos ignorarlo. Debemos hablar con él y explicarle detalladamente nuestras inquietudes. Y estar preparados: nuestro hijo puede sincerarse y hablar abiertamente sobre su consumo de drogas y pedir ayuda. En ese caso, debemos mostrarnos fuertes y asumir una postura para tranquilizarlo.

«Cuando un padre sospecha que su adolescente tiene un problema con las drogas, puede que ya tenga un problema grave»

Asociación Americana de Pediatría

Vigilar la situación

Si nuestro hijo niega su consumo de sustancias, no descartamos la posibilidad de que nos esté mintiendo. Debemos seguir en alerta.

Consultar con su pediatra o médico

Conversar con el pediatra de nuestro hijo siendo explícitos en los detalles. Es posible que nuestro hijo tenga un problema médico o de salud mental que presente cambios conductuales. Cualquiera que sea el origen del problema, el pediatra puede ayudanos a entender lo que está pasando.

Debemos evitar hacer sentir culpable a nuestro hijo o hija de la situación | Pexels

CÓMO ABORDAR EL TEMA CON NUESTRO HIJO

Una vez que hayamos confirmado nuestras sospechas, es hora de mantener una conversación con nuestro hijo. Algunos consejos para hacerlo son:

  • No hablar con nuestro hijo cuando esté bajo los efectos del alcohol o de la sustancia que consuma. Esperamos hasta que todos estemos calmados y él esté sobrio.
  • Escogemos un momento en el que tengamos privacidad. Preferiblemente en casa, cuando no haya nadie más.
  • Evitamos acusaciones directas. Algunos comportamientos que sugieren abuso de sustancias, como mostrarse indiferente y distante, podrían también ser síntomas de depresión. O quizá el adolescente esté pasando por momentos difíciles, pero no les ha contado todos los detalles.
  • No debemos hacerle sentir culpable con frases como: “Vas a matarnos de un disgusto» o «no nos esperábamos esto de ti».
  • Lo mejor sería tratar de expresar nuestras inquietudes de esta forma:“Hemos notado algunos cambios en ti últimamente”, «estamos preocupados por ti, queremos ayudarte, «sabes que puedes contar con nosotros para lo que necesites».

LA CLAVE ESTÁ EN LA PREVENCIÓN

Según coinciden todos los expertos, la clave para que nuestros hijos no caigan en una adicción al alcohol u otras drogas pasa por la prevención, y en este sentido, la prevención empieza en la infancia, no en la adolescencia. En la adolescencia ya estamos llegando tarde.

La prevención del consumo de drogas comienza en la infancia y no en la adolescencia.

En la prevención tenemos un papel fundamental los padres. Hay tres cosas que debemos tener muy claras:

Los padres debemos dar ejemplo

Nuestros hijos crecen normalizando el consumo en fiestas, reuniones, terrazas, etcétera. Se trata de un tema muy controvertido y es bueno que como padres nos preguntemos qué uso y qué modelo estamos transmitiendo.

Comunicación

Si hay algo en lo que todos los especialistas coinciden es que la comunicación es una protección respecto a las adicciones. Llegará un día en el que van a querer probarlo. Una cosa es probar y otra abusar, y esto hay que hablarlo. El día a día ofrece multitud de situaciones en las que se puede introducir el tema. A su nivel, los niños preguntan y en esos momentos podemos aprovechar para explicarles los efectos y las consecuencias. No hablar de las cosas no significa que no existan.

Ocio alternativo

Indudablemente, un factor de protección es el ocio. Que nuestros hijos tengan otra alternativa a la diversión que no sea salir y beber, que hagan deporte o que tengan hobbies evita este tipo de comportamientos.

Fuente

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