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Drogas que matan por alergia

 Alicia Armentia, catedrática y jefa del servicio de Alergología, en las instalaciones del Hospital Universitario Río Hortega. J. M. LOSTAU

NOTICIAS: 23.07.2021

Investigadores del Río Hortega desvelan que estos narcóticos podrían hacer sensibles a ellos a alérgicos de la población general y a toxicómanos / El trabajo ha dado lugar a 41 patentes.

 

VALLADOLID. Alérgico a la proteína de la leche de vaca, al gluten, a los metales, al polen, al veneno de las abejas, al pelo de los animales, al látex, al moho, a las cucarachas… Y a las drogas. Aparte de matar por sobredosis, estos narcóticos matan por su composición. La reacción anafiláctica puede llegar a ser mortal. Una amenaza oculta que pusieron encima de la mesa investigadores del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.

Todo empezó con una pregunta de Blanca Martín, técnico en Farmacia, sobre por qué las drogas de origen vegetal no podían dar alergia como otros alérgenos del mismo origen que sí la producen: melocotón, frutos secos, trigos, polen… «En principio se pensaba que las drogas dañan por ser tóxicas, pero también es tóxico el veneno de abeja, por ejemplo, y al mismo tiempo un alérgeno muy potente. Me pareció una buena pregunta, ya que durante las guardias atendía a pacientes drogodependientes que tenían síntomas de tipo alérgico, como asma, urticaria, angioedema, anafilaxia, y que no eran explicables por un mecanismo tóxico de la droga o de mono», comenta Alicia Armentia, catedrática y jefa del servicio de Alergología del Río Hortega.

Por todo ello, solicitó permiso a la Audiencia Provincial de Valladolid, en concreto al por aquel entonces presidente, Feliciano Trebolle, y a la Delegación del Gobierno para poder manejar drogas decomisadas por la policía. Comenta que fue fácil trabajar con el cannabis y la cocaína, sin embargo, el Comité de Ética de este centro hospitalario vallisoletano no le dio el visto bueno para llevar a cabo pruebas con heroína, «a pesar de contar con el consentimiento de los pacientes y de ser un proyecto útil para evitar la mortalidad por opioides durante la anestesia general.

Un freno que no paralizó nada, si bien se tuvo que sustituir la heroína, recuerda, por el opio, en particular, por semillas de la cápsula de adormidera obtenidas de piensos de gallinas. La cocaína, por su parte, llegó a través de hojas de coca de Perú. «A partir de estos productos logramos extractos diagnósticos de calidad que probamos a pacientes drogodependientes de ACLAD, con la ayuda del médico de cabecera Pedro Ruiz», señala Armentia, quien agrega que los pacientes drogodependientes les ayudaron de manera generosa. Primero probaron los extractos con ellos y, más tarde, con personas alérgicas.

«Encontramos pruebas cutáneas y anticuerpos positivos en muchos pacientes jóvenes, puesto que los anticuerpos permanecen muchos años a pesar de dejar el consumo, lo que puede ser útil desde el punto de vista legal y forense. Después intentamos encontrar las moléculas alergénicas que causan los graves síntomas clínicos». Sobre esta última cuestión, recuerda que no tenían la tecnología necesaria en el laboratorio, así que viajó hasta Alemania para trabajar con científicos de la Universidad de Bochum y de la farmacéutica DIATER. Consiguieron patentar los extractos diagnósticos y ya existen dos patentes españolas y 41 europeas con estos productos.

El estudio, que acaban de publicar en Journal of Allergy and Clinical Immunology tras 13 años de trabajo, con el conocimiento de investigadores belgas y americanos, explica la base molecular de los alérgenos de las drogas y el alcohol, cómo se probaron, y su utilidad en la práctica clínica. Y es que, tal y como asegura, en el caso de las drogas se ha podido descubrir la fuente molecular que causa los síntomas graves, en concreto son proteínas antifúngicas naturales que tienen estas drogas para defenderse de los hongos e insectos que las atacan, y que son muy alergénicas, pueden causar asma o anafilaxia mortal.

En este sentido, detalla que existen en frutas y semillas y se llaman proteínas transportadoras de lípidos. «En el cannabis, además de estas proteínas transportadoras de lípidos, también se purificaron proteínas de crecimiento vegetal, llamadas profilinas, que se destruyen por el calentamiento por lo que al fumarse en el porro no causan problemas serios, sólo picor ocular y en la boca y garganta, pero si cutáneos por manejar la hierba», especifica.

En el caso de la cocaína, la jefa del Servicio de Alergología del Río Hortega puntualiza que su inhalación puede producir crisis asmáticas muy graves. A esto se suma que existen productos farmacéuticos (cremas antihemorroidales y para las dentaduras postizas) y anestésicos locales que provienen de la cocaína, por lo que, a su parecer, una simple prueba cutánea con extracto de hoja de coca o la medición de anticuerpos específicos ayudarían a prevenir graves reacciones de hipersensibilidad.

De igual forma, aportaron datos sobre los alérgenos de diferentes bebidas alcohólicas. «El alcohol provoca clínica alérgica porque contiene histamina, malta de cereales en cervezas, levaduras, veneno de himenópteros. También en la manufactura del vino y otras bebidas alcohólicas se utilizan clarificantes diversos procedentes de huevo, leche, pescado, sulfitos, gluten de centeno para sellar los toneles y antígenos del roble de las barricas. Los antígenos de roble pueden dar síntomas en pacientes alérgicos al polen de otros árboles del género Querqus como el roble. El alcohol interacciona con fármacos como las cefalosporinas, el disulfiram, el tacrolimus, entre otros».

Es verdad, apunta que existen intolerancias de origen genético por mutaciones o déficit enzimáticos como en el síndrome del rubor asiático, en el que hay una mutación como la causa más común. Esta mutación ocurre en 560 millones de personas (8%) de la población mundial. Su prevalencia más alta (35-45%) se encuentra en personas de ascendencia asiática oriental. El alcohol ha causado tres millones de muertes en el mundo y la COVID-19, 3,19, pero «muchas muertes producidas por el alcohol eran evitables».

Se contabilizan 253.000 fallecimientos anuales por drogas de abuso, 76% por derivados del opio. Muchas de las muertes, precisa la catedrática, han sido debidas a alergia grave (anafilaxia y asma) a estas drogas y alérgenos del alcohol. Y, además, dice que dañan a personas muy jóvenes. Información esencial en la investigación. En el caso de la alergia a vegetales, Alicia Armentia manifiesta que es posible una inmunoterapia específica.

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