NOTICIAS:07.06.2022
El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, ha señalado este viernes que el etiquetado de las bebidas alcohólicas «es muy malo» y que la industria ha incumplido «reiteradamente» la autorregulación, aunque ha confiado en que «habrá un impulso» para mejorarlo en la UE.
MADRID. (EFE).- El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, ha señalado este viernes que el etiquetado de las bebidas alcohólicas «es muy malo» y que la industria ha incumplido «reiteradamente» la autorregulación, aunque ha confiado en que «habrá un impulso» para mejorarlo en la UE.
Villalbí ha respondido así en la Jornada inaugural del curso de formación «Estigma en trastornos adictivos» organizado por Socidrogalcohol y el Consejo General de Médicos (CGCOM) al ser preguntado si se equipararán algún día los mensajes en las bebidas alcohólicas con las que tienen las cajetillas de tabaco.
«Es posible que mejoremos el etiquetado de alcohol, que es muy malo», ha sostenido Villalbí, quien ha recordado que las bebidas alcohólicas quedaron fuera de la directiva europea sobre productos alimentarios que les obliga a contener un etiquetado homogéneo.
La normativa invitaba a la industria a una «autorregulación que ha inclumplido reiteradamente», y ha derivado en que, al final, «compras un bote de tomate y tienes un montón de información, pero una botella de vodka te da el volumen de alcohol, nada más».
Pese a todo, ha mostrado su convencimiento de que «habrá un impulso para una normativa de etiquetado mejor y más homogéneo en la UE»; en su opinión, las botellas deberían informar del contenido en calorías o incluir advertencias en forma de pictogramas que al menos hagan referencia a situaciones como la conducción o el embarazo.
«El tabaco es más destructivo que el alcohol, no creo que tengamos pictogramas, pero sí una mejora del etiquetado», ha reiterado.
La delegación que lidera está empeñada en «mejorar la regulación del alcohol» y de hecho lo han incluido en su plan anual normativo; además, está «muy avanzado» el anteproyecto de ley de prevención del consumo de alcohol en menores, abierto a consulta pública.
También le preocupan las benzodiacepinas, a las que espera dedicar un plan similar al que el Ministerio de Sanidad y las comunidades hicieron sobre los opioides para optimizar su uso y que fue aprobado en septiembre por el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
De hecho, hoy son la segunda causa de muerte por sobredosis, solo superadas por la heroína, que está detrás de la mitad de los 900 fallecimientos que se producen al año por este motivo. Y eso les da que pensar, porque buena parte del consumo problemático de estas sustancias tienen su origen en una prescripción médica.
«Esto hay que planteárselo porque tenemos un país que tiende demasiado a medicalizar los problemas», de ahí que la delegación del PNSD esté trabajando con la Dirección General de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia. «A ver si conseguimos ralentarlo», ha deseado.
Villalbí también ha mostrado su inquietud por la «trivialización» del consumo de cannabis y la «presión de grupos de interés para hacerlo más accesible».
«Y ojo con el crack y ojo con la metanfetamina, que está creciendo y, aunque tengamos muy poquito, tenemos indicios que nos preocupan» sobre su consumo en España, ha advertido.
Durante la jornada, los expertos han coincidido en la necesidad de concienciar sobre los estragos que tiene estigmatizar a una persona con problemas de adicciones y su acceso al tratamiento. Aunque ese estigma recae principalmente sobre los que consumen drogas ilegales, solo uno de cada diez con trastorno por consumo de alcohol lo hace.
¿A qué se debe? Villalbí ha apuntado a que históricamente se asocia al consumo de heroína, responsable de 2.000 muertes anuales por sobredosis durante los años 80.
La heroína, a su vez, se asocia al VIH o la hepatitis C y a la marginación; el rechazo se produce desde el momento inicial hacia la propia droga y, por extensión, al consumidor, mientras que el alcohol está «mucho más normalizado», ha añadido el presidente de Socidrogalcohol, Francisco Pascual.
Tampoco se ve como adicto al fumador, en los que pesa más aspectos como la mortalidad o la morbilidad. «Salir fuera a fumar no es tan estigmatizante», ha concluido Pascual, quien sin embargo piensa que el tabaco debería formar parte del Plan Nacional sobre Drogas. EFE
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