«Empecé con 16 años con las apuestas»

Hace 12 años que empezaron los problemas con el juego de una persona residente en Álava que prefiere permanecer en el anonimato. Tenía 16 años y recuerda perfectamente esa primera vez: «Fue en un bar cerca del centro en el cual estudiaba la ESO. Utilicé un euro ya que no disponía de mucho dinero». Fue a las apuestas deportivas «por probar básicamente. Lo hice acompañado de los amigos de clase».

En su caso, la frecuencia a la que jugaba era más bien esporádica. Sin embargo, «me di cuenta del problema que tenía cuando empecé a gastarme el dinero que tenía en casa ahorrado en un cajón, aunque no le di mucha importancia».

Tras ello, intenta poner fin a esa adicción, gracias a las ayuda que ofrece Asajer (Asociación alavesa de jugadores en rehabilitación). «A pesar de que no era de mi gusto el ir allí, con su ayuda he conseguido que ahora mismo lleve mucho tiempo sin apostar», destaca.

«AHORA ME ES INDIFERENTE EL VER UNA MÁQUINA»

Y ahora mismo, está en una fase en la que «me es indiferente el ver un máquina de apuestas deportivas y paso absolutamente de ellas, sin tener la curiosidad de tener que meter dinero o ni siquiera de tener que tocar la máquina».

Es por ello que recomienda a las personas que tengan un problema con el juego, «que pidan ayuda a profesionales. Yo era una persona que pensaba que yo mismo podía solucionarlo y siempre volvía a recaer. Los profesionales de este ámbito junto con la fuerza de voluntad de cada uno pueden conseguir que se deje de lado este grave problema que es el juego».

«SENTÍA QUE PODÍA GANAR DINERO»

En el caso de otro testimonio, sus problemas con el juego empezaron hace cuatro años. En esa primera vez que utilizó efectivo «fue muy poca cantidad, ya que apenas tenía dinero, solo disponía de la paga de mis padres» y siempre iba para las apuestas deportivas, «mayoritariamente de fútbol», un deporte por el que «siempre he tenido una pasión muy fuerte y sentía que podía ganar dinero analizando partidos».

En esa época en la que se inició, jugaba tres o cuatro días a la semana, pero no se dio cuenta de que tenía un problema hasta que fue mayor de edad «y ya manejaba cantidades más grandes de dinero».

Apenas hace un mes ha iniciado su rehabilitación con Asajer, «poco a poco iré viendo mi evolución. De momento, es bastante positiva»– resalta– pero tiene claro lo que diría a los que tengan una adicción como la suya: «Al principio, es imposible ver que tienes una ludopatía. Es un proceso en el que vas creciendo en esa mentira, pero aunque sea duro, lo mejor es cortar el problema de raíz», aconseja.

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