Érguete muestra con cartas y arte la realidad de las drogas

Galicia -Vigo. Usuarios de Érguete mostraron con obras de arte de impacto y con cartas desgarradoras que relatan la cruda realidad de las drogas a los alumnos de 4º de la ESO del IES Castelao de O Calvario. Parece un “spoiler” de la película que algunos adolescentes inician en su círculo más próximo de amigos sin saber cómo será el final. Los más de 80 alumnos que participaron en el taller conectaron con este formato que diseñó un equipo formado por un psicólogo y dos educadoras sociales de Érguete, Rodri, Inma y Ana, que trabajan con menores con problemas de consumo, de conducta o con medidas judiciales en trégimen de protección o de reforma. Su intervención es individual, grupal y familiar, pero esta vez quisieron dar un paso más. “Este proyecto surge por la necesidad de integrar el trabajo comunitario, de acercarnos a nuestro entorno, que nos pongan cara y que nos tengan como referencia para complementarnos si surge un problema”. La idea de contar historias surgió para mostrar a los alumnos las realidades a través de los ojos de otras chicos como ellos y mover así a la reflexión y al debate. Los alumnos fueron “receptivos”. El director del instituto, Marco Veiga, dijo que a los alumnos les cuesta más hablar de estos temas con el tutor porque está con ellos todos los días y conoce a sus familias, mientras que en el taller estaban más dispuestos a contar cosas. El instituto organiza charlas todos los años, principalmente a través del Plan Local de Drogas, para hablar de adicciones, incluidas las apuestas y los videojuegos que están “más extendidas de lo que parece”, explicó el director. Pero lo de ayer fue mucho más que una charla. Oyeron la voz de los usuarios, que quisieron poner por escrito su vida para contársela a estos alumnos. “Para ellos también fue terapéutico hacerlo”, aseguran.

Érguete eligió el IES Castelao porque son vecinos, forman parte del mismo barrio y quieren fomentar el trabajo comunitario y las actividades relacionadas con la salud, pero también porque O Calvario fue una zona históricamente castigada por las drogas. “Hace 30 años veías a gente que venía a las puertas del instituto a consumir o a vender. Eso ya no existe desde hace mucho, pero sí es un barrio con un nivel socioeconómico medio o bajo en el que pueden darse estas situaciones”, subraya.

Marco Veiga no quiere dejar pasar la ocasión para lanzar una propuesta. Considera que también influye el hecho de que los jóvenes tengan pocas alternativas para el ocio. Señala que familias con más recursos se pueden pagar actividades de ocio mientras que otras con menos recursos no tienen acceso. Describe que los padres trabajan y los hijos se quedan solos, con lo que la opción es “juntarse en el parque, no tienen nada que hacer y al final algunos acaban fumando y bebiendo. Sería bueno que desde las instituciones se preocupasen por esto y facilitasen más alternativas de ocio juvenil”.