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Estudio sobre adolescentes y tabaco: empiezan a los 13 y han probado más porros que cigarrillos

NOTICIAS: 23.01.2022

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierte de que, actualmente, la edad de inicio del tabaquismo se sitúa en torno a los 14 años en España.

 

Rebeca Gil

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierte de que, actualmente, la edad de inicio del tabaquismo se sitúa en torno a los 14 años en España.

Y esto no es todo, porque los neumólogos añaden además que el tabaquismo entre los fumadores adolescentes es de casi el 30%, muy similar a la de los adultos.

«Por esto, los niños y los adolescentes deberían ser los grupos principales de intervención en la prevención del tabaquismo», destacan desde la SEPAR.

Entre las principales vías de inicio del tabaquismo entre los adolescentes, se sitúa el vapeo, tanto por su aceptación social como por el fácil acceso a estos dispositivos.

Esto hace que los expertos urjan a intervenir en el ámbito educativo con actividades y programas de prevención entre los niños de educación primaria.

Estos programas deben incluir información sobre las nuevas formas de consumo de nicotina que están irrumpiendo con fuerza entre los jóvenes, según el estudio ‘Nuevas formas de inicio al tabaquismo en adolescentes’, firmado por el neumólogo Álvaro de Astorza Vergara y la enfermera, Marisa Escobar Povedano, ambos del Hospital de Can Misses (Ibiza) y publicado en ‘Prevención del Tabaquismo’, la revista científica sobre tabaquismo de SEPAR.

Resultados del estudio en adolescentes

En este estudio transversal se consiguió una muestra definitiva de 344 adolescentes de entre 12 y 18 años, de los cuales el 50,2% eran mujeres.

Al analizar los datos, se concluye que la edad media de inicio del consumo está en los 13 años, lo que coincide con los últimos estudios realizados a nivel nacional.

El cigarrillo electrónico ha sido el producto más utilizado entre los encuestados, lo que parece deberse al fácil acceso que se tiene a este y a la aceptación social del vapeo.

El 86,6% contestaron que nunca habían fumado; el 6,1% que fumaban pero que lo habían dejado; el 4% que eran fumadores activos y un 3,1% que se consideraban vapeadores.

Al ser preguntados por el tipo de producto que fumaban, el 10,4% dijeron que habían probado alguna vez el cigarrillo electrónico; el 8,4%, los porros; el 7,5%, el cigarrillo convencional; y el 4,9% la cachimba.

El riesgo del vapeo

«Nos resulta llamativo que el vapeador sea el producto más consumido, lo que puede deberse al fácil acceso a los cigarrillos electrónicos que tienen los adolescentes, por escapar a las políticas de control de la venta de cigarrillos convencionales, unido a una gran aceptación social y al hecho de resultar más atractivo por su formato electrónico», exponen los autores.

«Además, sorprende que los porros tengan un porcentaje de consumo similar al cigarrillo, lo que indica que su consumo está normalizado entre los adolescentes y que el acceso a ellos, a pesar de ser una sustancia ilícita, no es difícil», añaden los autores.

De los alumnos que han fumado, el 50% se inició con el cigarrillo convencional y un 30,7% con el vapeador, un 10,2% con cachimbas y un 8,9% con porros.

«De esto se deduce que el cigarrillo convencional sigue siendo la principal puerta de entrada al inicio del consumo, pero que cada vez es más importante el porcentaje de los que se inician con el vapeador», destacan.

Componente social

En cuanto a los principales motivos por los que los adolescentes se inician en el consumo de tabaco o en el vapeo, el 48,2% dijeron que son porque en su entorno se fuma (el 39,2%, porque sus amigos lo hacían y el 9%, porque fumaban en la familia); el 37,5%, dijeron que se inician por diversión.

De estos datos, los autores del estudio alertan sobre «lo que lleva implícito el contexto social (grupo de amigos), reforzando la idea de que en el inicio al tabaquismo hay, mayoritariamente, un componente social», afirman los autores.

Además, el 10,7%, afirmó que se había empezado a fumar o a vapear porque le daba seguridad; el 9% porque fumaban en la familia; y el 3,5% porque les daba buena imagen.

Influencia del entorno familiar

Otros datos preocupantes son que el 38,6% de los adolescentes encuestados viven con personas que fuman o vapean.

Un porcentaje que está por encima de la media estatal e, incluso, autonómica, a pesar de que en Baleares la tasa de prevalencia de fumadores sea de las más altas de España.

Y hay más. El 27,8% de los alumnos que fuman lo hacen con el conocimiento de sus padres, «lo cual es preocupante y nos hace pensar que la labor informativa necesaria ha de extenderse también al ámbito familiar».

Porque los autores del estudio recuerdan que tener progenitores fumadores se relaciona con una mayor probabilidad de convertirse en fumador habitual, sobre todo cuando son la madre o los hermanos los que fuman.

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