NOTICIAS:05.02.2021
La adicción al alcohol tiene un origen fisiológico en una red del cerebro humano que interviene en la regulación de la respuesta a las situaciones adversas. Ciertos desequilibrios en esta zona cerebral favorecen el desarrollo de alcoholismo.
El trastorno por consumo de alcohol o alcoholismo es una de las enfermedades mentales más frecuentes y graves. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2018 cada año se producen en el mundo más de tres millones de muertes asociadas al consumo de alcohol, y el abuso de esta sustancia supone un 5,1% de la carga de enfermedad global.
Por ello, comprender cómo se origina la adicción al alcohol en el cerebro humano podría contribuir al desarrollo de intervenciones terapéuticas más efectivas para afrontar este problema de salud pública mundial. Ahora, un equipo de investigadores británicos y chinos liderados por la Universidad de Warwick, la Universidad de Cambridge y la Universidad Fudan en Shanghai, ha localizado el origen fisiológico de la adicción al alcohol en una red del cerebro humano que regula nuestra respuesta al peligro.
El alcohol inhibe una zona del cerebro – la SGPA– que procesa las situaciones adversas, haciendo que la persona solo aprecie los beneficios de su consumo, sin tener en cuenta sus efectos perjudiciales
La corteza orbitofrontal (COF) es una región del lóbulo frontal del cerebro que cuando experimenta una sensación desagradable o una situación de emergencia envía esta información a la sustancia gris periacueductal (SGPA), un grupo de neuronas que intervienen en funciones como la regulación del dolor o de la ansiedad y que es la última zona en procesar si necesitamos escapar de dicha situación.
Un desequilibrio en el cerebro favorece la adicción al alcohol
Un individuo presenta un gran riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de alcohol cuando estas vías de información se encuentran desequilibradas de alguna de estas dos formas:
Los autores de la investigación, que se ha publicado en Science Advances, habían observado en modelos de ratón que las zonas cerebrales COF y SGPA eran precursores subyacentes de la dependencia al alcohol. Analizaron las imágenes cerebrales obtenidas por escáner y registradas en una base de datos de un grupo de 2.000 individuos residentes en el Reino Unido, Alemania, Francia e Irlanda, que habían participado en un estudio científico para comprender cómo los factores biológicos, psicológicos y ambientales durante la adolescencia podían influir en el desarrollo del cerebro y la salud mental.
Estos voluntarios se sometieron a escáneres mientras realizaban tareas y cuando no obtenían recompensas (lo que les provocaba sentimientos negativos o de castigo), la regulación entre la COF y la SGPA se inhibía de forma mucho más fuerte en los participantes que habían mostrado un abuso del alcohol.
De la misma manera, en un estado de reposo, los participantes que demostraron una mayor sobreexcitación en la regulación de la vías entre COF y SGPA (generando un sentimiento de urgente necesidad de escapar de la situación), también tenían incrementados los niveles de abuso del alcohol.
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