NOTICIAS: 02.09.2022
Un estudio de la Universidad Carnegie Mellon ha revelado que las personas que beben a solas pueden tener más riesgo de desarrollar trastornos relacionados con el consumo de alcohol
MADRID. El alcohol forma parte del día a día de muchas personas en España, que consumen este tipo de bebidas muy habitualmente. De hecho, en muchas ocasiones se ha convertido en una forma de ocio, de manera que hasta un 93% de las personas de entre 15 y 64 años afirma haber consumido alguna vez bebidas alcohólicas.
Aunque el consumo de alcohol se relaciona con al menos tres millones de muertes anuales, lo cierto es que la frecuencia y la cantidad de bebida consumida se tiene mucho más en cuenta que el contexto social en el que beben estas personas. Así, no será lo mismo que beber alcohol durante un evento social y esporádico que hacerlo frecuentemente en solitario.
El consumo de alcohol ha ido cambiando con el paso de los años y cada vez es más frecuente que muchos lo hagan en soledad. Así lo certifica ahora un estudio de la Universidad Carnegie Mellon (UCM), publicado en la revista Drug and Alcohol Dependence, que revela que los adolescentes y adultos que beben a solas pueden tener un mayor riesgo de caer en el alcoholismo a medio plazo.
Las prácticas que podrían convertirte en alcohólico
Kasey Creswell, autora principal de la investigación y profesora de psicología de la UCM, explica que, aunque lo habitual es que las personas consuman alcohol en eventos sociales, existe una minoría que bebe en soledad. Este sería un facto de riesgo que podría motivar que estas personas acaben experimentando trastornos y adicciones relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas.
Esta no es la única señal que podría evidenciar una posible adicción al alcohol en la edad joven. De hecho, señala que también existen otros factores como el consumo excesivo de alcohol, la frecuencia de consumo de alcohol, el nivel socioeconómico y el género. Sin embargo, beber en soledad sí es el factor de riesgo que predice más claramente el riesgo de sufrir alcoholismo en la edad adulta.
Esta es la conclusión a la que llegó Creswell gracias a su investigación, en la que colaboró con dos compañeras de la Universidad de Michigan, Yvonne Terry-McElrath y Megan Patrick, y junto a las que analizó los datos del estudio Monitoring the Future. En él, se detallaban prácticas habituales en el consumo de drogas y alcohol entre los jóvenes estadounidenses (menores de 17 años) y los datos dejaban muy claro el problema: aquellos que solían beber en soledad desde jóvenes tenían un mayor riesgo de acabar desarrollando trastornos relacionados con el consumo de alcohol en la edad adulta (mayores de 35 años).
El estudio también consideró otros factores de riesgo, como la frecuencia de consumo o el consumo abusivo, entre otros. Sin embargo, los patrones analizados reflejaban que las probabilidades de sufrir alcoholismo a los 35 años aumentaban hasta un 35% entre los adolescentes que consumían alcohol en soledad, y hasta un 60% más altas en los adultos jóvenes que bebían en soledad, en comparación a aquellos que bebían en situaciones sociales. Además, el riesgo aumentaba también por género: las mujeres eran más propensas a desarrollar alcoholismo al beber a solas.
El estudio revela también que hasta el 25% de los adolescentes encuestados y el 40% de los adultos jóvenes bebían en soledad. Creswell afirmaba en un estudio anterior que los jóvenes suelen beber solos como una forma de hacer frente a sus emociones negativas, un tipo de consumo que se ha relacionado también con un mayor riesgo de alcoholismo.
La pandemia, además, ha agravado esta forma de consumir el alcohol, por lo que las investigadoras de este estudio inciden en la necesidad de que se prevenga este alcoholismo teniendo en cuenta este factor de riesgo que puede afectar especialmente a las mujeres.
ACCESO AL ABSTRACT DE ESTUDIO 1
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