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«No perseguimos a los fumadores, ellos exaltan su libertad. ¿Qué tiene de libre un adicto a la nicotina?»

Andrés Zamorano, Presidente del CNPT, Foto: ANTONIO HEREDIA

NOTICIAS: 05.05.2022

De cara a la modificación de la Ley de Tabaco, el Presidente del CNPT hace un repaso por las medidas del anteproyecto y exige la actuación del gobierno para frenar algo que está produciendo «los mismos muertos que el covid»

 

ELENA VELA

MADRID. El tabaquismo supone la principal causa de muerte evitable en el mundo, siendo un conocido factor de riesgo y origen de cáncer, enfermedades respiratorias, cardiovasculares, entre muchas otras. Una sustancia que produce en España 60.000 muertes al año y más de ocho millones en el mundo, no solo a causa directa, 1,2 millones de estas muertes son debidas a la exposición al humo, lo que se conoce por los expertos como «humo de segunda mano».

Datos alarmantes que convierten esta cuestión en un tema prioritario para las autoridades y comités de expertos. Medidas «que ya están tardando» porque el tabaco produce cada año «los mismos muertos que está acarreando el Covid», ha manifestado el Andrés Zamorano Tapia, presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT).

Zamorano pone en la mesa aquellos puntos que son imprescindibles de cara a la modificación de la Ley del Tabaco. Aumento del precio del tabaco y la fiscalidad de los nuevos dispositivos de liberación de nicotina, establecer espacios libres de humo, empaquetado neutro; regulación de la publicidad y las redes sociales; y la importancia de una acción conjunta por parte del gobierno y las autonomías.

¿En qué consiste el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo?

Este Plan no va solo de terrazas, playas y estadios libres de humo, ni de prohibir fumar en coches con menores o embarazadas. El Plan debe ser concebido como estrategia de Estado porque es el problema de salud pública más grave de España y la primera causa de muerte prematura evitable. Hay muchos ministerios implicados, no sólo Sanidad, también Agricultura, Transición Ecológica, Derechos Sociales y Agenda 2030 o Hacienda. Una iniciativa que se firmó como 2021-2025, pero como el año pasado no se hizo prácticamente nada, ahora es 2022-2025.
¿Qué se espera del Ministerio de Sanidad?
Que esto no se quede en una propuesta de buenas intenciones, sino, que haya un desarrollo y un compromiso en financiación y plazos, además de una adecuada coordinación interministerial que asegure su eficacia y todo ello acompañado de una nueva Ley del Tabaco, por la que el Gobierno se comprometió a aprobar en la presente legislatura.
El CNPT habla de que debería haber una gobernanza única, establecer una articulación interministerial y multisectorial, con el fin de asegurar la coordinación, la sostenibilidad y la eficacia de este plan y que sea concebido como una estrategia de Estado, como problema de salud pública más grande de nuestro país al ser la primera causa de muerte prematura evitable. Este plan no debería presentarlo el Ministerio de Sanidad, que también, sino presentado por la presidencia del gobierno.
Si tuviese que escoger solo una… ¿Cuál es la medida estrella?
Está claro que la subida de precio es la medida más eficaz para reducir el consumo. Si hubiese que tomar una única medida sería esta. Además de sacar el tabaco del IPC. Las cifras hablan, a mayor precio menos muertes. Los estudios demuestran que con una subida del 10% en el precio se reduce la demanda un 5%. Pero el CNPT va más allá. Para que esto funcione se debe realizar una subida drástica del 20%, porque al final la gente se acostumbra. Un fumador que suele pagar un precio en el estanco no le supone mucho pagar 40 céntimos más en la máquina de un bar, al final se hacen a esta diferencia, pero si la subida asciende a 10€ por cajetilla, como pasa en países como en Francia, ahí sí que se lo plantean.
¿Cómo debe tratarse al fumador? ¿Cómo un apestado o como un enfermo/adicto?
Nunca como un apestado. En CNPT seguimos las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la estrategia MPOWER, cada letra tiene un significado, y en este caso, la «O» es de «ofrecer ayuda al paciente fumador», por lo que se debe ofrecer servicios para tratarle y ayudarle.
Nosotros no vamos nunca en contra de los fumadores, eso es un error. No vamos persiguiendo a los fumadores, ellos exaltan su libertad, pero ¿Qué tiene de libre un adicto a la nicotina que cada dos horas necesita fumarse un cigarro?
En cuanto a fumadores y adictos, Dinamarca se plantea prohibir la compra de tabaco a los nacidos después de 2010 para crear generaciones libres de humo, ¿Considera que prohibir su compra hará que los jóvenes no lo prueben? ¿Vería factible la instauración de esta medida en España?
La idea es que no todo el que llegue a los 18 años pueda comprar tabaco, sino que llegue un momento que aunque tengas ya 25 o 30 años no puedas comprar y así crear generaciones libres de nicotina. Elevar de forma progresiva y en escalera la edad legal en la que se pueda comprar tabaco y productos relacionados, resulta muy útil. Las cifras de fumadores jóvenes son alarmantes, y más cuando nacen productos novedosos y atractivos para este grupo. Esta prohibición en escalera es un primer paso para avanzar hacia el end game o final del juego en el consumo de tabaco, hasta descender a una prevalencia del 5% frente a casi el 30% actual.
¿Existe alguna forma segura de consumir tabaco? ¿Qué es eso de que el tabaco de liar contiene menos sustancias dañinas o el cigarro electrónico con el etiquetado «sin nicotina»? ¿Es cierto o un bulo?
La industria del tabaco está continuamente modificando su producto como estrategia. Estos nuevos productos, como ahora los cigarrillos electrónicos, también van de la mano de bulos sobre que son menos perjudiciales que los cigarros tradicionales. Eso de que el tabaco de liar es menos tóxico que el ya empaquetado no es más que una estrategia de negocio. A ellos les conviene, por un lado te venden el papel, la máquina, las boquillas, entonces ahí ganan más.
En los últimos años la industria del tabaco ha ampliado y reorientado su negocio con la promoción de productos de tabaco calentado y de cigarrillos electrónicos. Estos nuevos productos se están promocionando agresivamente entre los jóvenes, a través de las redes sociales y de influencers para acercarse a este tipo de público.
Entonces, ¿Qué hay de esos que son «sin nicotina»? ¿Se puede dejar de fumar gracias a los nuevos dispositivos electrónicos?
No existe nada cierto, no hay forma de segura de consumir tabaco, hay variedad de hacerlo, pero todas ellas contienen sustancias perjudiciales para la salud, y son las culpables de muchas enfermedades más allá del cáncer de pulmón, que muchos piensan que es el de las pocas preocupaciones de un fumador.
La industria tabacalera sigue siendo parte del problema de la epidemia del tabaco por lo que no hay posibilidad alguna de que sean parte de la solución de la misma. La evidencia muestra que el control de esta epidemia no se basará en los nuevos productos de las tabacaleras, sino en incrementos de fiscalidad, empaquetado neutro, regulación de la promoción y publicidad del producto y el incremento de espacios libres de humo, tal y como recoge la Declaración de Madrid de 2018 (donde se resaltan los puntos más relevantes del Convenio Marco sobre el Control de Tabaco de la OMS).
Zamorano, en nombre del CNPT, reitera la importancia de que los cigarrillos electrónicos sean iguales en legislación que los cigarros normales, tanto en promoción, publicidad como en patrocinio. Ya que «no existe lógica que los cigarrillos vengan en un empaquetado neutro y los electrónicos vengan con una gama variada de colores y sabores, tratando de hacer su consumo llamativo generalmente para la gente joven», apuntala el presidente del Comité. Con la misma intención nace el empaquetado neutro. «Consiste en un empaquetado igualitario, de un color, para todas las marcas, así hacerlo menos atractivo y desvincularlo de lo que se conocen como marcas aspiracionales», es decir, aquellas que por publicidad o fama tienen ciertas características en la sociedad, añade.
Prohibir fumar en las terrazas es una medida nacida en el Covid que parece que vino para quedarse. ¿Será eficaz para reducir el consumo?
Es una medida que debería quedarse, por supuesto. Las siete Comunidades Autónomas en las que estaba prohibido fumar durante el Covid han seguido con las terrazas llenas, la gente se levanta tranquilamente y se va a fumar fuera. Ya no es solo que comer al lado de una mesa de fumadores sea incómodo, sino que el ese humo de segunda mano causa muertes. De las ocho millones de muertes en el mundo a causa del tabaco, 1,2 millones corresponde a este humo de segunda mano e incluso el de tercera mano. Cuando le preguntas a los pacientes uno de los motivos por los que quieren dejar de fumar te dicen que «ya no se puede fumar en ningún lado». Esto lo que hace es favorecer a desligar el cigarro de la cerveza en la terraza, o de la reunión con amigos, además de desnormalizar su uso. Son muchas las ventajas, además de establecer un ‘perímetro de seguridad’.
¿Qué es eso del humo de tercera mano?
Es el humo residual del tabaco, es lo que hay detrás del olor. El olor que se queda impregnado en tu ropa después al volver de estar con fumadores o de una discoteca. Este humo residual también está repleto de sustancias tóxicas y cancerígenas.
Llevando el ejemplo al extremo, una pareja de fumadores que tenga un bebé, si no quiere que su hijo se vea perjudicado por el tabaco, a parte de no fumar delante de él, antes de coger al bebé debería duchar y lavar la ropa. Y ya no hablamos de si fuman en la casa. Esto se incrementa. Las cortinas, las paredes, las alfombras, en todas las superficies. También está el de cuarta mano que hace referencia al impacto medioambiental, es decir la colilla.
¿Qué es eso del ‘perímetro de seguridad’?
No solo nos centramos en las terrazas, las playas o los recintos deportivos, nosotros vamos más allá, pedimos ‘perímetros de seguridad’, que no se pueda fumar en los recintos hospitalarios está muy bien, pero, debería pasar lo mismo en los colegios por ejemplo. Queremos ampliar el ‘perímetro de seguridad’ a 10 o 15 metros en los centros educativos, por ejemplo. En los colegios no se puede fumar pero hay una papelera a ambos lados de la entrada donde la gente tira las colillas, donde los niños ven cómo fuman, donde hay colillas y muchas sin apagar.
Además también está la propuesta de la prohibición de fumar en movimiento, ya vigente en otros sitios, y es importante. El CNPT es consciente de la complicación de legislar tales cosas, pero estamos de acuerdo con prohibir fumar en sitios donde haya concurrencia de personas.
Otra de las restricciones será prohibir fumar dentro del coche. ¿En qué quedará esto? ¿prohibición completa, o solo en presencia de menores y embarazadas?
Si, eso es lo que pone en el anteproyecto de ley, que no se permitirá fumar en el coche en presencia de menores o embarazadas, y probablemente lo que se vaya a sacar en la ley. El CNPT va más allá. Los conductores no deberían fumar, pero eso lo debe legislar la Dirección General de Tráfico (DGT). Desde el punto de vista de seguridad vial, no es lógico que se regule el uso del móvil, que claro que es necesario, pero si se puede sacar la cajetilla de tabaco, sacar el cigarro y encenderlo en plena conducción. Y luego la colilla, que puede acabar prendiendo cualquier matojo.
Desde el punto de vista del humo de segunda mano, el coche queda impregnado de partículas tóxicas, entonces, cualquier persona que se suba a nuestro coche se verá perjudicado. Se habla de niños y de mujeres embarazadas porque son muy vulnerables, pero no del abuelo o cualquier persona con alguna enfermedad, que también pertenecería a este colectivo. No hay que ser niño o mujer embarazada para ser vulnerable. Aunque el fumador vaya solo en el coche, luego cuando vayas a recoger al niño al colegio, mucha de las partículas tóxicas siguen ahí. El niño a través de la piel a través del mano-boca acaba sufriendo lo tóxico de lo que el padre ha fumado antes.
Como especialista, ¿Cuál cree que es el primer impulso que lleva a una persona dejar de fumar?
Teniendo en cuenta que hasta a un 70% de los pacientes fumadores, unos diez millones en España, «les gustaría dejarlo».
Te hablo de casos reales, es la primera pregunta que hacemos cuando llegan a nuestra consulta y el primer motivo que aparece es la salud. La gente viene por que quiere respirar mejor o por que teme el cáncer. El segundo es la hucha, el tema económico. Cuando el paciente calcula que mínimo 150€ mensuales van destinados a este vicio, y que en un año se gastan 1.800 euros, se plantea muchas cosas. Después están los que te dicen «ya he fumado bastante», lo que nosotros traducimos como que he tenido la suerte de librarme de las consecuencias del tabaco, y no quiero seguir jugándomela.
Al dejar de fumar no se recupera lo que se ha perdido, pero no vas a tener más perdida y es importante transmitir eso.
Pero, ¿Cuál es el proceso?
La persona que quiere dejar de fumar se dirige a su Centro de Salud, en el que supuestamente, cada profesional debe tener una agenda con tiempo para poder ofrecer ayuda a los pacientes fumadores. En mi caso hago sesiones de media hora, como poco, para poder tratar con el paciente temas como por qué fuma, por qué quiere dejar de fumar, cuáles son las situaciones de riesgo de el para fumar, etcétera. También hay que ofertar los tratamientos farmacológicos para facilitar el proceso, como los Tratamientos Sustitutivos de Nicotina (TSN), como los parches, los chicles o los comprimidos bucales, como también otros fármacos que ayudan a disminuir la ansiedad por la ausencia de la nicotina.
En las adicciones es muy fácil tener recaídas, por eso se considera «ex fumador» a todo aquel que llega a el año sin fumar. En España hay 10 millones de personas que han dejado el tabaco y hay también unos 10 millones de fumadores, -bromea-
Estas medidas pretenden crear una sociedad libre de humo, pero ¿Qué pasa con las personas que viven gracias a la producción, distribución y venta del tabaco?
El Plan trata eso como ‘cultivos alternativos’, las personas tienen que ganarse la vida de otra forma. Si, hablamos de dos mil puestos de trabajo, pero esos dos mil puestos están trabajando con un producto que mata a la gente y tenemos que buscar alternativas a esas cuestiones. Una actividad que produce tantas muertes no puede respaldarse por los puestos de trabajo que genera.
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