OpinionesPortada

Opinión: Adicciones comportamentales: adicción al juego o ludopatía

OPINION: 05.03.2021

A veces, la ludopatía como en otras adicciones, se cae en otros consumos

JOSÉ MARÍA MANZANO CALLEJO

La adicción al juego, ludopatía o juego patológico es un trastorno caracterizado por una urgencia irrefrenable de jugar de forma persistente y progresiva, que afecta de forma significativa a la vida personal, familiar, laboral y al ocio.

Los estudios epidemiológicos refieren unas cifras de prevalencia que van del 0,5 al 2,5%. Los índices de prevalencia son mayores en núcleos urbanos y también donde hay una mayor oferta de juegos de azar, sobre todo de los juegos más adictivos. La capacidad adictiva del juego es inversamente proporcional al tiempo trascurrido entre apuesta y premio. Por sexo la mayoría de los pacientes en tratamiento son varones. Pero en población general predomina en el sexo femenino. La edad de comienzo de este trastorno suele ser en adolescencia o en adultos jóvenes en el caso de los varones y en las mujeres algo más tarde.

Las fases de adquisición del juego patológico son: Una fase de ganancia, que da lugar a una falsa ilusión de control del juego, esta fase puede darse en un contexto social. Posteriormente viene una fase de pérdida, en esta fase el jugador empieza a jugar en solitario, se va aumentando el tiempo y dinero invertido en el juego, comienzan los problemas económicos y familiares, en algunas ocasiones, sobre todo en mujeres, el juego trata de aliviar el aburrimiento, la disforia o la monotonía. Finalmente, aparece la fase de desesperación, aquí los problemas financieros les desbordan pudiendo llegar a cometer actos ilegales como robos, para obtener financiación para el juego, cuando se descubre toda la realidad de la dependencia al juego el deterioro familiar es extremo. En muchos casos se sigue jugando en esta fase por el placer del hecho de jugar o bien para aliviar la disforia o para la evasión de los problemas.

Como factores de protección están: Una familia bien estructurada. El apego familiar. El apoyo social, la autoaceptación y la existencia de valores morales positivos

Las personas que padecen este desorden se caracterizan por una preocupación constante por el juego pensando formas de conseguir dinero para jugar. Tienen la necesidad de jugar cantidades de dinero crecientes para conseguir el grado de excitación necesario (tolerancia). Si no tienen acceso al juego se muestran ansiosos (abstinencia). Fracasan repetidamente en el intento de controlar o interrumpir esta conducta (dependencia). El juego se utiliza como estrategia para huir de problema emocionales como desesperanza o ánimo depresivo. Su mundo está presidido por la mentira, para ocultar el grado de implicación en el juego.

Las consecuencias del juego patológico afectan a diferentes áreas de la vida del jugador: a nivel psicológico se vuelve emocionalmente inestable pudendo desarrollar tristeza, ansiedad, depresión, irritabilidad etc. A nivel familiar aparecen problemas en la relación de pareja, con los hijos y en general con todo el entorno. A nivel laboral o académico disminuye el rendimiento y la motivación con faltas injustificadas llegando al abandono de trabajo o de los estudios o a la expulsión. A nivel social se van abandonando las relaciones, se dejan las actividades de ocio y se acaba en el aislamiento.  A veces, la ludopatía como en otras adicciones, se cae en otros consumos como alcohol u otras drogas. Con frecuencia se enfrentan a problemas legales por actividades delictivas derivadas del juego. Problemas económicos, el jugador patológico juega hasta perderlo todo, esa es la esencia del jugador patológico. Perder significa seguir jugando, la adicción no es ganar, sino jugar.

Los factores de riesgo que se dan en esta adicción son: Un dato consistente lo constituye la legalización del juego. Otro factor de riesgo es comenzar en edades tempranas, fundamentalmente en infancia y adolescencia. También es factor de riesgo tener padres ludópatas. El desempleo también puede influir, así las tasas de ludópatas se dan más en desempleados. Tener un padre alcohólico también se ha considerado un factor de riego por una vulnerabilidad genética que facilita poder tener diferentes trastornos emocionales, entre ellos la ludopatía.

Como factores de protección están: Una familia bien estructurada. El apego familiar. El apoyo social, la autoaceptación y la existencia de valores morales positivos. El altruismo, participando en actividades de ayuda humanitaria. La participación en actividades deportivas y en general mantenerse al margen del juego.

 

Fuente: Nueva Tribuna

Comparte esto:

Curso online: Redes Familiares para la prevención

Previous article

¿Cómo detectar si su hijo es adicto al internet? Aquí le contamos

Next article

You may also like

Comments

Comments are closed.

More in Opiniones