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Sube el consumo pornográfico precoz: La iniciación de los menores se sitúa a los nueve años

NOTICIAS: 21.05.2022

LA EXPOSICIÓN TEMPRANA A ESTE CONTENIDO TRAE CONSIGO ENORMES REPERCUSIONES, COMO PROBLEMAS DE ADICCIÓN O GRAVES DAÑOS EN FUTURAS RELACIONES SEXUALES

 

MADRID. Sube el consumo pornográfico precoz. La exposición temprana a este contenido trae consigo enormes repercusiones, como problemas de adicción o graves daños en las futuras relaciones sexuales. Según expertos consultados por elcierredigital.com, «hay que evitar que estos sean los únicos referentes sexuales del menor ya que en su mayoría son violentos y ejercen jerarquías de poder, distorsionando su percepción sexual». La edad media de iniciación en el consumo pornográfico se situa en los 9 años.

Durante las últimas décadas, con la llegada de las nuevas tecnologías, se ha facilitado el acceso rápido, gratuito y sencillo a millares de contenidos que surcan por la red. Entre ellos, el pornográfico.

Según varios estudios, la edad media de iniciación en el consumo de pornografía ha descendido hasta los 9 años, una exposición precoz que trae consigo serias consecuencias en su percepción de la sexualidad y para sus futuras relaciones sexuales.

El verdadero problema de estos datos no solo es que el contenido no es adecuado para esa edad sino que, para muchos adolescentes, ese contenido es su único referente sexual, la única fuente de información sobre sexualidad.

7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía en edad temprana

Según el informe de Save The Children publicado en 2020, los menores en su etapa de crecimiento acceden por primera vez a este tipo de contenido en edades muy tempranas. El 68,2% lo consumen de forma frecuente, entendiendo esto como, al menos, dos veces al mes.

Un alto porcentaje de adolescentes no sabe identificar las prácticas nocivas que consume ni detectar la violencia, ya que por falta de educación sexual no son capaces de diferenciar las escenas ficticias de la propia realidad. Y en cuanto a las dudas que pueden surgirles sobre el tema,  7 de cada 10 menores acuden al contenido digital u otras amistades para resolverlas.

“Resulta fundamental que las familias sepan identificar el entramado digital por dónde se mueven sus hijos y proporcionarles las herramientas adecuadas para un uso óptimo. Hay que abordar la sexualidad desde el apoyo, la empatía y una comunicación asertiva y saludable,  para el correcto proceso de maduración del menor”, explica Sara Jimenez, psicóloga social especializada en sexología.

Adolescente con teléfono móvil.

Cientos de profesionales dedicados a estudiar las repercusiones psicológicas de la pornografía recalcan la importancia de la responsabilidad social y de la elección de dicho contenido. La crítica se dispara cuando diversos estudios muestran que en las páginas de vídeos porno el 50% de estos incluyen contenidos explícitamente violentos y que el 70% de los adolescentes consumen dicho contenido.

La problemática del consumo precoz y la desigualdad

El consumo masivo y temprano del porno puede hacer creer a los jóvenes que lo que ven es la realidad del sexo y, por otra parte, puede acarrear problemas de adicción. Sara Jimenez nos explica que ”cuando hablamos de pornografía, hablamos también de adicción, igual que con la cocaína o el alcohol, como una droga, pero que tiene efectos adictivos con menos exposiciones.”

Asimismo, la pornografía se considera un pilar fundamental para establecer una jerarquía de poder en el género, que pone a los hombres por encima de las mujeres sistemáticamente, para extraer un beneficio de ello. Sabemos además, que la pornografía que se consume es mayoritariamente violenta.

Añade Sara Jimenez “No se va a encontrar en ningún sitio ni en ninguna plataforma, nada que apruebe que la escena que estás viendo está consentida por ambos actores, que son mayores de edad los dos, que está permitida… no va a venir en ningún lado, lo que nos lleva a pensar que muchos de estos videos no son legales ni están consensuados entre ambos.

Esta falta de información legal nos puede hacer pensar en los miles de casos de secuestros y explotaciones que existen en el sector. «El problema no reside en el consumo de sexo de forma virtual como tal, si no en el tipo de contenido que tú eliges ver. Resulta preocupante constatar cómo se prefiere ver escenas donde se ejercen violencia, donde existen fetiches con menores, o escenas de agresión a mujeres. Todo ello, se convierte en una adicción que afectará a los patrones de conducta sexual, e incluso, a las dinámicas de la vida cotidiana de la persona que los consume”, añade la psicóloga Jiménez.

Por ello, el consumo de pornografía tiene grandes repercusiones sobre cómo se concibe el sexo y la forma de relacionarnos. Diversos estudios que abordan la conducta humana en el entramado de la sexualidad digital, informan que «la visualización reiterada de contenidos de esta índole afecta incluso a los problemas de aprendizaje y puede provocar pérdidas de memoria, ya que se trata de un estímulo por una adicción», explica la psicóloga Beatriz Jiménez.

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