NOTICIAS: 20.09.2022
El hígado descompone el alcohol que bebes y en ese proceso genera sustancias dañinas. Tanto es así que tras la ingesta de alcohol se necesitan al menos tres días sin probar nada de alcohol para que este órgano se recupere.
Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitari
MADRID. El hígado tiene la capacidad de regenerarse pero si el consumo de alcohol es excesivo se ve desbordado y no se recupera adecuadamente.
Poco a poco va calando el mensaje de que no hay una cantidad de alcohol que suponga un riesgo cero para la salud.
El alcohol daña todo el organismo y afecta especialmente al hígado. Pero como la recomendación de no beber absolutamente nada parece difícil de cumplir, expertos reunidos en el Congreso Internacional del Hígado en Londres han lanzado un mensaje más realista para no dañar en exceso el hígado: dejar pasar al menos tres días a la semana sin probar una gota de alcohol para que el hígado se recupere, y el resto de días beber de forma muy muy moderada y comer sano. Aunque lo ideal sería no beber habitualmente y que el consumo de alcohol fuera meramente esporádico.
CÓMO AFECTA EL ALCOHOL AL HÍGADO
El hígado es un órgano que realiza hasta 500 funciones distintas, entre ellas generar proteínas que transportan los nutrientes a las células, filtrar las toxinas que ingerimos o producir sustancias como la bilis, clave para la digestión de las grasas.
El consumo de alcohol es el principal responsable de una de las enfermedades que más ha aumentado a lo largo de los últimos años: el hígado graso por alcohol o esteatosis hepática.
El hígado descompone la mayor parte del alcohol que bebes para que ser eliminado y, en ese proceso de descomposición, genera sustancias dañinas que pueden dañar las células del hígado.
Este órgano tiene la capacidad de autorregenerarse pero si el consumo de alcohol es excesivo se ve desbordado y pueden acumularse ácidos grasos y de triglicéridos en el hígado provocando la enfermedad del hígado graso por alcohol.
Si el daño es mayor, el hígado se inflama y se generan cicatrices en el intento de repararse, lo que dificulta el trabajo de este órgano y originar cirrosis.
Cabe decir que la enfermedad del hígado graso no está provocada solo por el consumo habitual y abusivo de alcohol. Los factores de riesgo del hígado graso no alcohólico son la obesidad, colesterol y triglicéridos elevados, la diabetes, el consumo de medicamentos corticoides…
El hígado graso no solo es malo para este órgano, ya que puede acabar provocando cirrosis o cáncer hepático, también es dañino para el corazón.
CONSUMO DE ALCOHOL EN ESPAÑA
Europa tiene la tasa más alta de consumo de alcohol del mundo. Y España es el segundo país de la Unión Europea donde se consume alcohol con más frecuencia.
Un 13% de los españoles mayores de 15 años toma alcohol a diario, según al encuesta European health interview survey (EHIS) realizada entre 2018 y 2020 a personas mayores de 15 años.
Solo Portugal nos supera en consumo de alcohol (un 20,7% bebe alcohol a diario). A pesar de que bebemos alcohol con frecuencia, nuestro consumo no es tan excesivo como el de los daneses (37,8%), los rumanos (35%), los luxemburgueses (34,3%) o los alemanes (30,4%).
Como decíamos, no hay un consumo que suponga un riesgo cero para la salud. Cualquier cantidad de alcohol nos afectará en mayor medida.
En cuanto al nivel aconsejado de consumo de alcohol considerado de bajo riesgo (que no quiere decir cero), el Ministerio de Sanidad establece que es de 20 g/día en hombres y de 10 g/día en mujeres.
Así pues, dos cañas o dos copas de vino para los hombres, y una para las mujeres es la cantidad máxima diaria recomendada de alcohol.
ENFERMEDADES DEL HÍGADO
Más de la mitad de las enfermedades hepáticas terminales tienen que ver con la bebida. A diferencia del tabaco que provoca cáncer de pulmón pero en edades avanzadas o de la obesidad que puede desembocar en diabetes tipo 2 con el tiempo, las enfermedades del hígado a causa del alcohol afectan a gente joven y a población más vulnerable.
Al margen del alcohol, uno de cada cuatro adultos sufre una enfermedad del hígado sin diagnosticar, según la prestigiosa Asociación Americana del Corazón.
En Europa, cada año mueren en 287.000 personas por enfermedades hepáticas que podrían prevenirse con hábitos saludables.
El problema de las enfermedades del hígado es que no suelen provocar síntomas hasta que no están avanzadas.
Los especialistas de la Asociación Americana del Corazón recuerdan que el hígado graso se puede prevenir manteniendo un peso saludable, haciendo ejercicio regularmente, siguiendo una dieta cardiosaludable, controlando enfermedades como la diabetes tipo 2 y reduciendo los niveles elevados de triglicéridos (un tipo de grasa) en la sangre.
Aún así, hay personas que tienen riesgo genético de hígado graso y en eso casos es importante la detección precoz realizando pruebas como la gammagrafía hepática –un ultrasonido que mide la elasticidad, la grasa y la rigidez (resultado de la cicatrización) del hígado–.
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