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Yonquis tecnológicos desde la infancia

NOTICIAS: 03.10.2021

La pandemia ha aumentado de forma exponencial el número de horas que los adolescentes pasan ‘enganchados’ a Internet. El Centro de Adicciones Tecnológicas de Madrid atendió a 4.456 personas en 2020

 

El ecosistema digital puede acercar a uno a las personas que tiene lejos, pero las aleja a veces de las que tiene cerca. La ONG Protégeles, que colabora con la Comisión Europea, señala que en España el 1,5% de los ciudadanos ya es adicto a las nuevas tecnologías, y el 21% de los jóvenes está en riesgos de ‘engancharse’ al móvil y desarrollar fobia a estar sin su terminal.

Esta obsesión puede derivar en depresión y ser un problema para su futuro, y es en la infancia donde se crea este exceso de consumo de las pantallas y dispositivos, que hace crecer el fracaso escolar y la adicción. «Antes teníamos adolescentes que en alguna ocasión mentían a sus padres para salir y ahora vemos que nuestros adolescentes mienten a sus padres para quedarse con sus pantallas», advierte la psicóloga experta en familia y nuevas tecnologías María Guerrero.

«Hay cada vez más niños y adultos que tienen problemas en la atención. Hay un exceso de información y de estímulos», destaca la psiquiatra Marian Rojas Estapé. La experta lamenta que los jóvenes actuales sean menos inteligentes que generaciones anteriores porque «su corteza prefrontal es adicta a experiencias vibrantes». «Les pides que lean un texto entero y no lo consiguen, la profundización requiere salir de la gratificación instantánea. Leen un titular y no leen la noticia, mandan un whatsapp y se ahorran una conversación», critica al tiempo que destaca el drama de la soledad. «La gente se siente sola y los jóvenes aún más. Palían su soledad actual en las redes, planificadas para enganchar (dicho por sus propios creadores)», cuenta.

El 27,8% de los menores presentan un uso compulsivo, recoge el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones

Los españoles pasan una media de 6 horas y 54 minutos al día en Internet según Hootsuite. Escenario que pone encima de la mesa numerosos riesgos. «Un 88% de los jóvenes declara que pasa más tiempo en Internet del que debería, sensación más acentuada entre las mujeres, según el estudio ‘De puertas adentro y de pantallas afuera. Jóvenes en confinamiento’. El 27,8% de los menores presentan un uso compulsivo, recoge el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones.

«No podemos ser esclavos de nuestro teléfono ni de nuestras pantallas. Somos una sociedad que ha perdido el sentido de la vida. Lo hemos sustituido por otras cosas: sensaciones, redes sociales, pantallas, pornografía, alcohol… es un problema grave». «Las pantallas generan gratificación instantánea y chispazos de dopamina. Te dan instantes de placer, pero provocan síndrome de abstinencia», critica Rojas Estapé.

Un refugio para los adictos

Su consumo ha ido en aumento en los últimos años de forma exponencial, pero con el desarrollo de la pandemia asistimos a un «alarmante abuso» de las TIC por parte de los adolescentes, y que interfiere «de forma notable» en las actividades de su vida diaria, a juicio del presidente de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, el doctor Félix Notario. «En muchos el refugio han sido las TIC, se han sentido aislados, ansiosos, tristes y decepcionados; todo ello un caldo de cultivo para la adicción», advierte. Madrid cuenta con un centro pionero en España que atendió el año pasado a 4.456 personas por adicción a las nuevas tecnologias. Desde su creación en 2018 han atendido a 12.327 usuarios.

«Es importante no usar la tecnología para regular el estado emocional del niño desde la cuna»

El Gobierno incluyó en 2018 las adicciones a las nuevas tecnologías en el Plan Nacional de Adicciones. Una ‘sustancia’ nociva para la salud, comparable con la droga o el alcohol y donde los más perjudicados son los jóvenes de entre 12 y 17 años. Yonquis tecnológicos con la heroína de nuestra época. Decir nativos digitales se queda corto, no han conocido otra cosa y pasar del uso al abuso no parece complicado. «El perfil de los adictos es en su mayoría varones que además han sufrido bullying, depresión o algún conflicto interparental. Los casos nos pueden venir derivados de Salud Mental, Servicios Sociales o Centros Educativos. Cualquier organismo Público o Privado nos puede derivar a las familias, pero éstas también pueden ponerse en contacto con nosotros por iniciativa propia. Es importante aclarar que las nuevas tecnologías tienen muchísimos beneficios, hay que recalcar que lo perjudicial es su mala utilización», apunta uno de responsables del Servicio de atención en Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid.

«Hay varios indicadores básicos con los que dar la voz de alarma aunque debemos saber distinguir entre uso irresponsable y ‘adicción comportamental’: falta de control sobre la conducta, necesidad de uso cada vez más prolongado a pesar de las consecuencias negativas y alteración significativa en la vida diaria -pérdida de sueño, irritabilidad, falta de alimentación e higiene, aislamiento de la familia, bajo rendimiento escolar…», explica el experto, que insiste en en que lo fundamental es la implicación de las familias. «Es importante regular el uso de las nuevas tecnologías desde el inicio y no usarlas para regular el estado emocional del niño desde la cuna, sino éste aprende a relajarse a través de un dispositivo y no mediante un vínculo con una persona de referencia. Todo lo que se haya acumulado en las etapas evolutivas anteriores, en la adolescensia reluce», advierte.

Fuente

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BIBLIOTECA: European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction et al., Frequently asked questions (FAQ)

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