NOTICIAS: 13.06.2021
Anna Sanmartín, Subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), dice que las casas de apuestas se están convirtiendo en un espacio de ocio más para los chavales.
Madrid. La pandemia de coronavirus ha provocado una drástica caída del consumo de drogas y de borracheras entre los jóvenes y adolescentes, debido básicamente a los confinamientos y restricciones, pero en cambio ha provocado un aumento del juego y las apuestas online, así como de la adicción al teléfono móvil y a las redes sociales.
Así lo explica Anna Sanmartín, Subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) y doctora en Sociología, en una entrevista para 20minutos en la que aborda también el problema del acoso y la violencia de género entre jóvenes, el incremento de los extremismos políticos, el auge de la xenofobia y los delitos de odio, el sexismo y el culto al cuerpo, así como la incertidumbre por el elevado índice de desempleo juvenil.
¿Cómo ha afectado la pandemia entre los jóvenes, especialmente en los meses de confinamiento? ¿Hubo más adicción a internet? ¿Aumentó el sentimiento de soledad?
Hemos hecho varios estudios, tanto el año pasado como este, y hemos podido analizar la salida del confinamiento, la evolución del curso escolar y en general del año excepcional que hemos pasado y cómo ha afectado en muchas facetas. Prácticamente todas las relaciones están vinculadas a la tecnología. El Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones ha lanzado un estudio de 2020 que dice que los consumos de sustancias psicoactivas han disminuido todas, pero el consumo tecnológico se ha disparado. Eso no quiere decir que sea problemático, no todo es blanco o negro, hay muchos grises.
Los consumos de sustancias psicoactivas han disminuido todas, pero el consumo tecnológico se ha disparado
Nosotros estamos muy atentos a las apuestas con dinero. Ya antes de la pandemia iban claramente en ascenso entre los jóvenes, pero también entre menores de edad, aunque es ilegal, pero sabemos que se produce. Los adolescentes y los jóvenes se han sentido muy saturados con el uso de las redes sociales y la tecnología porque nos lo han dicho en los estudios.
Pero también ha sido un elemento muy importante para estar conectados con sus amigos, con sus iguales. Hay menos jóvenes que nos dicen que se han sentido solos. La tecnología ha permitido la sociabilidad, ha venido para quedarse y lo que hay que hacer es usarla bien y no abusar. Hay chavales que han dormido menos, han estudiado menos y tenemos que trabajar en eso.
¿Ha aumentado la adicción de los jóvenes al juego online? ¿Cuál es el nivel actual?
Es difícil saberlo porque el juego de apuestas tenemos estudios muy cualitativos de justo antes de la pandemia que nos dicen que las casas de apuestas se están convirtiendo en un espacio de ocio más donde los chavales, los que son menores de edad, están fuera y entran algunos que son mayores de edad y apuestan por ellos. Son lugares accesibles, ven partidos de fútbol, el consumo de alcohol es barato, se han normalizado.
En cambio el juego online es más difícil de medir, tenemos algunos datos que nos dicen ellos, los jóvenes. El informe de Juego y Sociedad de 2019, de las propias casas de apuestas, admite que el 50% de los jugadores tiene entre 18 y 34 años. La mitad de los que juegan online son jóvenes, y este estudio no mide a los menores de edad. Nuestros estudios nos dicen que un 44% de chicos y un 29% de chicas de entre 15 y 29 años, que es la franja que nosotros medimos, apuestan online ‘con frecuencia’ o ‘a veces’.
Un 44% de chicos y un 29% de chicas de entre 15 y 29 años apuestan online ‘con frecuencia’ o ‘a veces’
La percepción social no es de algo negativo, que genera adicción. Ahí es donde tenemos que incidir y trabajar. Además, nos preocupa que haya muchas casas de apuestas deportivas que sí permiten el juego gratuito, modos de práctica y diversión, y muchos chavales nos dicen que empezaron por ahí. Es una especie de ensayo. No apuestan dinero pero les crean el hábito y la familiaridad.
¿De no atajarlo a tiempo puede acabar en ludopatía? ¿Qué recomendaría a los padres?
Sí porque el juego online está al alcance de la mano, puedes jugar en cualquier momento. Además, multiplica el hábito y dificulta el control. Muchos padres nos dicen que sus hijos son adictos al móvil, pero realmente no saben qué están haciendo con el aparato, si están haciendo un TikTok, utilizando WhatsApp o apostando online.
Muchos padres nos dicen que sus hijos son adictos al móvil, pero realmente no saben qué están haciendo con el aparato
Deberíamos trabajar en estas adicciones que de momento no preocupan a las familias. No queremos alarmar, pero sí tenemos que estar muy atentos. Esas prácticas no son lúdicas ni inocuas.
¿Los jóvenes pasan muchas horas conectados al móvil?
Sí, pero la mayoría no sufren una adicción clínica sino un uso abusivo. Abogamos por, desde muy pequeños, dotarles de herramientas para que uno sepa resistirse a la presión del grupo. Hay que saber convivir con la tecnología y las redes sociales, pero sin que ocupe una gran parte de tu vida y que te impida poder hacer otras cosas.
La pandemia ha sido una especie de experimento y nos ha permitido saber riesgos y ventajas. Por ejemplos, los chavales han sido en muchos casos una especie de mediadores digitales y han ayudado a sus familiares, a sus hermanos mayores, a sus padres, a sus abuelos para usar las tecnologías. Tenemos oportunidades, pero hay que evitar el uso abusivo. Nosotros no creemos en el término ‘nativo digital’. Los jóvenes no pueden ser autodidactas por completo a nivel digital, los padres deben estar atentos.
Los jóvenes no pueden ser autodidactas por completo a nivel digital, los padres deben estar atentos
¿Qué riesgos tiene el uso abusivo de las redes sociales o internet?
Múltiples riesgos: aislamiento social, navegar por espacios con contenidos dañinos y tóxicos. Dejar de hacer cosas para llevar una sociabilidad normal. Puede provocar un mayor cansancio por dormir menos, el uso abusivo puede repercutir en los estudios o trabajos. Además, hay una estética y culto al cuerpo que puede influir en los adolescentes, el sexismo es brutal. Puede ser muy dañino.
Hay una estética y culto al cuerpo que puede influir en los adolescentes, el sexismo es brutal
¿Y las drogas, qué ha pasado durante la pandemia? ¿Cuáles son las más consumidas por los jóvenes?
Habrá que ver el Plan Nacional sobre Drogas del Gobierno. En breve saldrá el de 2020 y veremos cómo ha afectado la pandemia. Pero sí sabemos que, según el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, con datos de 2020, nos dice que entre los 15 y los 19 años las personas que dicen beber han bajado 20 puntos. Entre los 20 y los 24 ha bajado 15 puntos.
Las borracheras han caído también 20 puntos entre los 15 y los 19 años. Es evidente que se trata de algo muy social. El cannabis ha bajado 4 puntos. Habrá que ver si es algo coyuntural de la pandemia y si ahora que ha acabado el Estado de Alarma se normalizan. En general llevamos unos años con una tendencia estabilizada.
¿Qué lleva a los jóvenes a consumir drogas, del tipo que sea, alcohol, tabaco, drogas sintéticas…?
No es una respuesta sencilla. Destacar el riesgo de las drogas es necesario pero insuficiente. Hay que hablar también de los beneficios, de por qué la gente consume. De por qué te divierte, de por qué te permite sociabilizar, porque lo hacen los demás… La diversión y la búsqueda de nuevas sensaciones es uno de los elementos clave pero también la presión del grupo.
A veces pesa más el tener que sentirte integrado que el miedo al consumo o el rechazo al consumo. Además, a esas edades el riesgo se ve muy lejano. Si les ponen a un alcohólico delante ellos lo ven muy lejano. Crees que controlas y a la vez quieres experimentar.
El alcohol en la sociedad está súper normalizado. No hay celebración familiar donde no lo haya, en cualquier celebración deportiva la gente se emborracha en la calle y por tanto no predicamos con el ejemplo. Si vives las drogas como un elemento asociado a la diversión y el riesgo se ve muy lejano, es muy complicado evitarlo después. El consumo cero es bastante irreal, se trabaja más en el cuanto más tarde mejor. Nosotros trabajamos con raperos e influencers para llegar a ellos mejor, sin paternalismo. Pero hay que llegar porque algunos tienen problemas muy serios con el alcohol y con las drogas en general.
¿El confinamiento y la pandemia en general, con numerosas restricciones, ha aumentado la sensación de control en las parejas?
Sí, y es un dato que nos preocupa muchísimo. Tenemos datos del 2019 y datos del verano del 20 y hay un incremento de la violencia en la pareja. Nosotros preguntamos qué actitudes conocen en parejas de su entorno o han vivido ellos mismos en sus relaciones de pareja.
Y hemos visto que ha aumentado la violencia de control. Tres de cada cinco chavales, tanto chicos como chicas, declaran que viven este tipo de fiscalización: revisar el móvil, controlar con quién puedes estar y con quien no, cómo vistes. Las declaran más las mujeres pero también la sufren los chicos.
¿Cómo perciben la brecha de género los jóvenes?
Algo más de la mitad de los chavales consideran que las desigualdades entre hombres y mujeres siguen siendo grande o muy grandes. Un 44% ve más machismo y la desigualdad entre los adultos que en su generación. La percepción de la desigualdad es mucho mayor entre ellas, 20 puntos más, identifican que por ser mujer sufren más violencia, tienen menos oportunidades en la vida para triunfar, que tienen las libertades más restringidas.
En cuanto a la xenofobia y los discursos de odio, ¿la percepción es diferente entre ellos y ellas o similar? ¿Quiénes lo critican o denuncian más y quiénes lo banalizan?
Hemos hecho un estudio recientemente y es súper llamativo las cifras. Alrededor del 80% admite que emite prejuicios negativos, sobre todo en el ámbito digital pero no solo, y entorno al 90% reconoce recibirlos. Nos ha sorprendido porque los porcentajes suelen bajar respecto a a la realidad, pero en este caso son altísimos los porcentajes de chavales que admiten emitir prejuicios y estereotipos. En cuanto a los delitos de odio, según los datos del Ministerio del Interior, las víctimas son mucho más hombres.
¿La crisis económica y el elevado índice del paro juvenil en España, de los más altos de la Unión Europea, provoca desánimo entre los jóvenes?
Nosotros desde que empezamos a hacer estudios en el Centro Reina Sofía en 2012 venimos detectando esto. Arrastramos la crisis de 2008. Es una generación que vive en la incertidumbre y la ha normalizado. Viven muy al día, sin poder hacer planes a largo plazo, porque la precariedad es como algo normal. Esto genera frustración, miedo al futuro. Afecta a la salud mental, hay más ansiedad y estrés, relacionado al futuro laboral. Y pese a todo hay bastante esperanza. Admiten que pueden vivir peor que sus padres, pero confían en sus capacidades y tienen elevadas tasas de satisfacción vital. Sobre todo gracias al apoyo de la familia o la pareja.
Por último, a nivel político, ¿los jóvenes son más extremistas? ¿En qué nivel se sitúan en los extremos del espectro ideológico?
Sabemos que la mayoría de la gente joven en España se ubica en el centro-izquierda ideológico, pero han aumentado los polos de extrema-derecha y de extrema-izquierda. Son minoría pero han aumentado. Y esto polariza mucho las posiciones. Habrá que ver la tendencia. Al final la gente joven es un reflejo del mundo adulto, no son entes extraños. Pero sí tiene cosas propias de su generación que les afectan, por ejemplo la transición del estudio al trabajo, la emancipación del domicilio familiar, la formación de una familia…
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