NOTICIAS: 22.04.2022
El principal divulgador de los riesgos del consumo de sustancias y las nuevas adicciones en Galicia recibe un merecido homenaje por parte de la sociedad. Orgulloso de la distinción, que «compartiría» con su compañero Manuel Isorna, lanza una batería de advertencias a los adolescentes, a las familias y a la clase política. «La situación actual es muy peligrosa»
GALICIA. La solapa del profesor Antonio Rial Boubeta lucirá desde este viernes la Nécora de Oro de la Fundación Galega Contra el Narcotráfico. Su mérito, investigar sobre adicciones en edades tempranas pero, sobre todo, comunicar y alertar a la sociedad tras obtener conclusiones científicas. Y no morderse la lengua a la hora de pedir responsabilidades ante la ausencia de implicación política en materia de prevención.
¿Qué supone para usted este galardón?
Es un refuerzo en lo personal y en lo profesional. Estamos ante una realidad, la de las adicciones, que no mejora. Tenemos motivos para estar preocupados, y estamos obligados no solo a poner números y sensibilizar a la sociedad, sino a tratar de entender mejor los problemas para orientar la prevención. La idea es que las decisiones se adopten en base a la evidencia científica, lo que nos dará más opciones de acertar. Y necesitamos acertar imperiosamente.
La situación no parece la mejor.
Debemos analizar los datos de forma regular, no coyuntural. El mundo de las adicciones y de las drogas es tremendamente dinámico, y tenemos que hacer un seguimiento constante y entender las claves. Si tomamos distancia vemos que las tendencias no son buenas. El nivel de consumo de alcohol bajó un poco, pero seguimos instalados en niveles brutalmente preocupantes. A eso añadimos que el patrón de consumo es cada vez más perjudicial, en forma de atracón y, en segundo lugar, la edad de inicio es más precoz. Cada vez hay niños más jóvenes con un patrón más peligroso. Además, hay nuevas prácticas, como el consumo combinado de alcohol con bebidas energéticas. Hay nuevos rituales de consumo muy peligrosos. En cuanto al tabaco, parece que estamos normalizando otra vez su consumo.
«Cada vez hay niños más jóvenes con patrones más peligrosos, con nuevas prácticas y rituales de gran riesgo»
¿Ha aumentado el consumo del cannabis?
Hay un repunte. Además, aumenta el consumo problemático. Ya no es recreativo, una calada. Se aprecian problemas de memoria, consumos a primera hora del día, de forma individual…, todo eso está creciendo. En el cannabis la cosa no va bien. Además, su componente tóxico de THC es cuatro o cinco veces mayor que dos décadas atrás. El patrón es más peligroso. Añadimos, además, que la incorporación de la mujer al consumo de sustancias está siendo progresiva e imparable. Hace unos años el consumo de alcohol era mucho mayor en hombres. Ahora es mayor en mujeres, y lo mismo ocurre con el tabaco. En cannabis, la diferencia casi no existe. Veremos qué ocurre de aquí a diez años.
¿Qué piensa de la tecnología como posible factor de riesgo?
El uso de la tecnología, de las redes sociales, los videojuegos y el juego online en la población juvenil y en menores ofrece datos muy preocupantes y, tras la pandemia, más. El uso problemático de Internet alcanza al 25 por ciento de los adolescentes, más de medio millón de jóvenes en España. Esto les genera un grado de interferencia serio en sus vidas y a nivel emocional. Estos datos deben servir para sensibilizar a la opinión pública, pero sobre todo a la Administración, que debe tomar cartas en el asunto. Entidades como la Fundación Galega Contra o Narcotráfico demuestran que están a la altura de las nuevas ‘fariñas’, que son estas. Existe una normalización moral que no es concebible. No puede ser que un futbolista reconocido sea la cara visible de una casa de apuestas, que la selección de balonmano luzca ‘Loterías y Apuestas del Estado’. Estamos jugando con la salud de nuestros hijos y esto a medio plazo supone problemas.
«Estamos jugando con la salud de nuestros hijos cayendo en la anestesia social»
Entiendo que no existe una adecuada red de prevención.
El nivel de profesionalización que tiene la red de prevención en Galicia es muy bajo, por decirlo suavemente. No hay contratos laborales estables, no existen cursos de formación. Hay que invertir en prevención escolar, en educar a las familias y en prevención ambiental. La publicidad en los estadios, un festival de música del Xacobeo, O Son do Camiño, no puede estar patrocinado por una bebida alcohólica. ¡Eso está lleno de menores! Es muy fácil apostar en el bar de la esquina para un menor. En el 80 por ciento de los casos no se les pide el DNI. Tenemos datos de eso. La prevención estructural hay que cuidarla. Debemos proteger a los menores con normas.
Las familias tienen un papel que jugar. ¿Qué les aconseja?
No podemos caer en la anestesia social y la banalización. La adolescencia, el cómo un individuo atraviesa ese período y cómo resuelve sus problemas, tiene una trascendencia enorme el resto de su vida. Hay cosas muy básicas. Hay dos variables muy importantes que dependen de la familia: la hora de llegada a casa y el dinero disponible. Cuanto más dinero, más tarde lleguen y, en tercer lugar, dependiendo de con quién anden, se incrementan los riesgos. Tenemos que controlar, supervisar, a nuestros hijos, que no son buenos tomadores de decisiones. Están sufriendo el impacto de la sociedad y nosotros tenemos que establecer normas y límites. En cuanto a las adicciones sin sustancia, debemos retardar al máximo el móvil, no caer en el papanatismo de cegarnos con la tecnología. No tiene ningún sentido que los adolescentes duerman con el móvil en la mesilla de noche. La posibilidad de caer en adicciones se multiplica. Y por último, el ejemplo. Si utilizamos el móvil mientras comemos, el ejemplo es malo. Y lo mismo ocurre con el alcohol y el tabaco. No podemos esperar conductas positivas si no damos ejemplo. Si corregimos esas pequeñas cosas las tasas de consumos problemáticos disminuyen a la mitad, que no es poco. Algo podemos hacer, y si lo hacemos bien, conseguiremos cosas.
«La hora de llegada a casa, el dinero disponible y las compañías son factores clave que podemos controlar»
Están fallando los responsables políticos, que son los que tienen margen de acción en la toma de decisiones. Me agrada que el tejido social en Galicia esté sensibilizado, pero no puede ser que los políticos no muevan ficha. Yo formé parte de un grupo de trabajo para elaborar la Lei Galega do Xogo, y llevamos dos o tres años sin reunirnos. No podemos usar la covid como excusa para todo.
¿Cómo se puede mejorar?
Si los informes a todos los niveles alertan del problema de la adicción a los videojuegos, no podemos dar un millón de euros a esa industria en Galicia, que me parece muy bien, pero al mismo tiempo debes invertir otro millón en prevención. De lo contrario, la cuenta de resultados será un problema grave de salud pública y conflictividad familiar. Se están viendo casos de violencia. No puede ser que en los últimos años la inversión en prevención escolar en Galicia siga estando en precario. En el mejor de los casos, con la financiación de la Xunta, tenemos ocho sesiones en un centro educativo para trabajar adicciones. Y al mismo tiempo, la Consellería de Educación firma un convenio de colaboración con la Federación Española de Bebidas Espirituosas para impartir charlas sobre el consumo. Oiga, dele usted el dinero a las personas que se encargan de los programas de prevención escolar. ¿Cómo van a dar ellos a charlas? ¿Estamos de broma? Por esto, entiendo yo, que me dan el premio. Trato de ser honesto y no le debo favores a nadie. Aporto la evidencia con afán de mejorar.
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