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Salud mental y adicción, una combinación más difícil de rehabilitar

NOTICIAS: 15.08.2022

Andalucía cuenta con un porcentaje más alto de consumo de cocaína entre las personas en tratamiento que la media nacional

 

MADRID. Más de la mitad de las personas que acuden a Proyecto Hombre presentan una circunstancia conocida como patología dual, que se refiere a sufrir de manera paralela un proceso de adicción con un trastorno mental, lo que complica la rehabilitación.

Los últimos datos del Observatorio de Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento “registran un aumento en casi todas las variables estudiadas, ansiedad, depresión e intentos de suicidio”, ha explicado la directora general de Proyecto Hombre en Sevilla, María Ángeles Fernández.

“Se necesita que la persona esté estable psicológicamente para trabajar en que se produzca la abstinencia”, ha aclarado Fernández, que ha señalado que ellos cuentan con el Programa BETA, en el que combinan el tratamiento para la adicción y el psicológico o psiquiátrico.

Según los datos del observatorio, Andalucía cuenta con un porcentaje más alto de consumo de cocaína entre las personas en tratamiento (41,7 %) que la media nacional (36,5 %).

Otras de las sustancias más consumidas en Andalucía son el alcohol, el conocido como ‘rebujao’ que es la mezcla de cocaína y heroína; y hachís, sustancia que afecta especialmente a los jóvenes, desde los 14 a los 21 años.

“Desde hace cinco años hemos duplicado el número de jóvenes que atendemos en Proyecto Joven, nos movemos de 60 a 70 familias», ha resaltado la directora.

Los patrones de consumo de alcohol entre la población joven han cambiado hacia el modelo anglosajón de ‘atragantón’, que es un consumo de grandes cantidades en muy poco tiempo. Fernández ha lamentado que “a nivel de organismo es una barbaridad, en un joven en crecimiento eso es una bomba de relojería”.

El tipo de modelo de familia es uno de los causantes de que existan más conductas de riesgo en los jóvenes, «todo el mundo trabajando, el niño está más solo, menos control parental, menos acompañamiento en el proceso de maduración», ha contado Fernández.

“También falla la prevención”, ha declarado la directora que ha asegurado que la prevención no es dar una charla informativa de los riesgos de la droga, «sino desarrollar competencias, habilidades, promover hábitos de vida más saludables que sean incompatibles con otros tipo de prácticas».

Proyecto Hombre nació en los años 80 con la explosión de la heroína en España. En ese momento, el perfil de las personas que atendían era muy homogéneo, sobre todo hombres adultos, «eso ha ido evolucionando y el perfil de personas en tratamiento también».

Aunque los datos del observatorio revelan que el perfil de las personas atendidas es mayoritariamente masculino (81,9 %) en contraposición al 18,1 % de mujeres, Fernández ha aclarado que hay «muchas más mujeres con problemas de adicciones de las que acuden a tratamiento».

En abril, la organización inauguró un proyecto específico para las mujeres, las cuales «tienen mucha más dificultades para acudir a tratamiento, esto se debe al alto porcentaje de mujeres solas con hijos respecto al de hombres», ha comentado Fernández.

«Si tienes que meterte en una comunidad terapéutica ya está el temor de decir quién se hace cargo de mis niños», ha explicado Fernández, que añade que la adherencia al tratamiento es peor porque cuentan con mucho menos apoyo en el exterior.

La cifra de mujeres que están en tratamiento que tienen pareja consumidora son «apabullantes, más del 90 %», ha alertado la directora, mientras el hombre normalmente tiene una pareja que no es consumidora.

El proceso de dar el paso para empezar el tratamiento suele venir por parte de la familia, «la motivación para empezar un tratamiento no es imprescindible que esté al principio, ya nos encargamos nosotros de trabajar eso», ha explicado lo directora.

Uno de los objetivos de Proyecto Hombre es conseguir que a lo largo del tratamiento «admitan que tiene un problema, ayudar a entender y a conocer qué función ha estado ocupando la droga en su vida», ha contado Fernández.

Ha añadido que «la droga no es lo importante porque desaparece en los primeros siete días, pero después queda todo lo demás, dificultades, problemas y seguir con tu vida sin estar acompañado de la droga».

Las cifras de recuperación de las personas en tratamiento se sitúan en torno al 46-47 %, «casi el 50% puede recuperar las riendas de su vida y volver a ser feliz».

 

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